Envalentonada y ensangrentada,
le cantaba al trapo de piso,
y me comía la mosca que zumbaba en mi cara.
Lloré media hora nomás
el resto del tiempo se me iba para atrás
entre la pared y la heladera,
donde se junta la mugre y el polvo.
Y lo mordí,
por hacer caso a las metáforas.
Siempre fui una chica cumplidora.
3 comentarios:
Vivimos cumpliendo designios que aceptamos con tristeza.
Cenicientas y príncipes con problemas de alimentación... siempre rascando la olla del destino.
Los cuentos siempre fueron eso y nada más.
Saluditos Bruma. Muchos
tambien me gusta lo que leo por aca
Saludos!
Ezequiel
"disfrutá
/en imperativo te lo digo.../"
Si me lo dice así, así será.
"muchos
(y no tan lejanos)"
Vivís en el barrio porteño de Caballito?
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